sábado, 8 de noviembre de 2014

Tu camino


Isabel Sala

Mientras pertenecimos al Opus Dei, nos repitieron infinidad de veces que el que abandona su vocación se condena porque no está siendo fiel a Dios, porque está errando el camino, "su camino", el camino al que Dios le ha llamado. 

Y lo repiten infinidad de veces para conseguir que esa idea nos cale hasta el subconsciente, porque una vez que está ahí no tenemos ningún control sobre ella. Más bien es ella la que nos controla a nosotros, y de forma silenciosa y desapercibida nos va minando la alegría al generar en nosotros, cada vez que nos cuestionamos siquiera de forma tangencial nuestra "vocación", una sensación de fracaso que en nada ayuda a la buena salud de nuestra autoestima. Y de esto se derivan una enorme cantidad de cosas, ninguna de ellas positiva.

Uno de los peligros cuando alguien deja el Opus Dei, es que no sepa reconocer y por lo tanto no pueda deshacerse de esta creencia errónea. Así que la enuncio de forma explícita:

El camino que una persona anda en esta vida, empieza cuando nace y termina cuando muere. Y Dios nos llama, y espera una respuesta por nuestra parte, en cada momento de ese camino. Nuestro paso por el Opus Dei ha sido por lo tanto una etapa más o menos prolongada de nuestro camino. Pero en ningún caso es EL camino. Por lo tanto al dejar el Opus Dei NO estamos dejando ningún camino.

El camino tiene muchos recodos, atraviesa muy distintos paisajes, y de cada uno de ellos podemos aprender y conservar algo bueno. Pero si hay algo que hace que un paisaje sea sin duda mejor que otro es el grado de libertad que disfrutamos cuando lo atravesamos y el amor con que lo vivimos.

Ahora eres libre; ama mucho. Y ten paz, porque estás exactamente donde tienes que estar.